Un fenómeno casual a seducido mi perversa mente en esta jornada de hoy. Tras el concierto de "el sobrino del diablo", caminando (que no andando) hacia casa una ilusa e ilusoria idea se ha sometido a mi neurona tuerta, ésa que vive asolada en la mente y que aún busca el hielo.
Hasta hacía bien poco pensaba que residía una vasta distinción respecto a las canciones escritas por mujeres y por hombres, esas que describen el desamor y el arrecife de sentimientos coránicos que éste mismo conlleva. Sin embargo yo muchas veces me he sentido identificada con tropecientas y cientas canciones escritas o compuestas por varones a pesar de que la mayoría conocida se empeñe en que las emociones vividas por ambos sexos son diferentes. Yo creo más en la personalidad, en la individualidad, en la fina particularidad del cada uno. Ya dije hace tiempo que para mi el amor no es mas que lo que tú quieres que sea, ésa es de momento la mejor definición que le he encontrado. Lo que quieres que sea, lo elegido, algo tan sumamente personal que no necesita ser comprendido por tus amigos ni admirado por tus allegados, ni reverenciado por absolutamente nadie. Algo tan cristalino y puro que es intacto a la huella de los otros. Es un asunto que suda en el recorrer entre tu mente a tu corazón. El amor ni tan siquiera tiene que ver con la persona amada. Es demasiado egoísta. Es demasiado endogámico, convexo y aunado.
Esto es lo que escribí hace ya un tiempo, el sentimiento ahora es caduco pero ahí quedó la cicatriz y el cinismo de hacerse mayor:
Tres segundos después de darme cuenta de que te quiero entiendo qué es el amor.
El amor es lo que tú quieras hacer de él.
Un aplauso cardíaco tras una gota de sudor mas bien gruesa que resbala por tu piel… y unas manos que se entrelazan sin querer pero queriendo, como imanes que no lo pueden evitar, sobre las sábanas húmedas de la hiel de primavera, donde aguarda acicalada la penumbra de un adiós que no tardará en llegar.
El amor es básicamente lo que tú quieras hacer de él…
Y todo lo demás quedará en un remilgado segundo plano, tan importante como el preestreno de una obra amateur de domingo soleado… donde somatizamos a la orden del día cada pensamiento diurno y repasamos mentalmente cada palabra y que, sin embargo, al final son los errores transparentes al público lo que hacen de ella el éxito.
El amor es extraordinariamente lo que tú quieras hacer de él, escribo sentada en un sillón de beiges y blancos donde me queda hundida el alma pintorrojeteada de fucsias, de fucsia amor claro está, en el cual seguramente me quedaré dormida unas horas después donde parte de sangre parte de cerveza congelaran mis venas calientes de tanta pasión.
El amor desgraciadamente es lo que tú quieras hacer de él, quedan silenciados sueños utópicos enfrascados en perfumados pero gloriosos ventanales que abren un nuevo mirador de sentimientos adolescentes justo en el traspaso melancólico hacia la madurez.
El amor es lastimosamente lo que tú quieras hacer de él, me pregunto de vez en cuando al advertir cómo el chocolate que mastico se deshace en mi boca señalando con ojos de cabreo en mis papilas sinsabores del eterno retorno al fumar.
Es una discusión fría y cristalina minutos antes de partir camino al avión donde regresaré a la espera del próximo reencuentro contigo y conmigo, donde decidiré redimir de las penumbras que quedaron agazapadas en el rescoldo de mi corazón, luego el misterio del tú y del yo aguardará sentado en la ladera riviera del canal que remamos con los ojos ciegos de tanto echarnos de menos.
Y cuando tanto sea para nada meceré mis esperanzas en negras zapatillas para dejar de pisar fuerte y dejarme resbalar sobre la baldosa fría de un invierno caduco, y me dejaré abrazar por el albornoz azul color sueño.
El amor es puramente lo que tú quieras hacer de él.
Tú, yo... al final estamos todos en la misma mierda.
D.
habeces!! sólo habeces!!!!
ResponderEliminarme alegro de tener una única neurona!!!!!
N'hi ha moltes formes. I sí, depenen de la perspectiva que un li vulgui aplicar i del modelatge que li vulgui donar.
ResponderEliminarBona definició, estimada senyoreta Dima. M'ha fet vostè evocar vells temps.