lunes, 14 de febrero de 2011

Desde Al Masser hasta Fontana.

Era la calidez que se despojaba de tu aroma el surgir ingrávido de olerte y pecar cada noche abrazada a mis miedos.

Cuando te miro dentro de mi soliloquio, cuando la pesadumbre feroz se ha comido al hambre y apenas quedaron dos inmigrantes sin papeles en la frontera del deseo.... entonces un gran amanecer saluda a la llama de esta vela cálida de media noche...

No quedan cigarros que encender, ni tiempo que restar al desamor furtivo, porque hoy en Egipto los mortales saludan una nueva forma de incertidumbre, el sino humano no tiene recursos para el dolor que socorre la espera y el hambre... y en mi corazón solo se presiente que se les otorgará una transición de verdad para llegar a una democracia de mentira, tan mentira como la política.

Y muy lejos de ese vuelo de mariposa, yo. Y tú.
Nosotros.

D.

martes, 8 de febrero de 2011

Desmotivación in vitro.

¿Qué distancia socorre mi penumbra hivernando días de Sol que perforan mi memoria?

Una distancia o una conglomeración, normalmente, de injusticias tan reales como mi respiración, o como la pleitesía que se rinde a fantoches de la banal izquierda.
Esta desmotivación nace seguramente de ya no poder creerme nada de lo que me sucede.
El dinero es una papelina que inyectamos a nuestros corazones corrompidos, y el amor una especie en extinción de cuando los dinosaurios.
Quiero ser la piedra de una casa palestina, aunque sea en ruinas y desorientada... pero siempre tendrá esa piedra más honor que cualquier calle de una Barcelona aburrida y desahuciada de su propia hipoteca.
Un primer mundo que no me interesa para nada... porque me sabe a lengua malhablada... y a sonrisa de payaso.

D.