domingo, 25 de noviembre de 2012



El gran Nico Tomas.
Espero que os guste.

D.
Quizás pretendiera ser una de esas mañanas en las que el entre vuelo soñador da el comienzo de un nuevo día.
 No pretendas invitarme a un gintonic por mi inquina.
Ya no valen los placeres momentáneos de saliva.
No me quieras solo un poco al mediodía.
Tócame la canción de Palestina,
y recuerda que soy Sol de noche y ola de mar extinguida.
Y por dios... deja de fumar algún día,
pero perece intranquilo en la antesala de la vida... ami lado... vida mia.

D.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Y claro.
E imagina que de pronto tal instante cimbreara en el balance de cada parada y diera lugar a que cada una de estas personitas tan anónimas como insignificantes te miraran a la vez.... dirigieran sus horripilantes pupilas en plena midriasis con estupor y furia hacia tu objetivo, y que a la vez que presionaras el "clic" (que ya no es clic sino un pentaprisma digital que simula que la foto aún no está hecha hasta que no se torna a dilatar) por fin comprendiera que fue un maldito juego, un maldito engaño, un puta mentira... (ui... "qué soez" piensas). 

Y claro.

De repente te das cuenta (otra vez) de que ya está. Desapareció el dolor en la rodilla.
- "qué tal tu rodilla"
- "bien" (ries) "el problema nunca estuvo en la rodilla".


miércoles, 15 de agosto de 2012

Morning glory.

De repente aparece un entretiempo roto y esparcido. 

La distancia ubica y resquebraja algunos bolsillos rotos. No me compensa, desde luego, tenerte al lado si no eres mío. 
Ese entretiempo, del que hablaba antes, son segundos de pasos cortos que aparacen de forma sórdida en azarosos pálpitos del corazón, asomándonos a la duda del quererse, y a toda esa circunstancia incómoda y fuera de lugar que representara unir lazos vitales mientras el café está por hacer o  hace mucho calor en la playa.

Hoy es festivo en algunos lugares... pero en casa los muebles perecen dormidos... en su sitio.

D.

domingo, 1 de julio de 2012

Sin mirarnos.

Mentir es de valientes.

Es el comportamiento lúcido el que dejara entrever algo de complicidad. Un cerrar de ojos,  un roce plausible de manos, una mirada indecorosa, una palabra indispuesta... o el carraspear atropellado de la garganta al intentar evocar el "no pasa nada pero sí pasa"... pero sí pasa...
Y entre tanto, regocijarnos en el tiempo de los besos y las caricias, tentar al anónimo futuro, y contemplar parte de la ignominia humana que cursa des del lápiz hasta el cerebro, evocando en el papel sinsentidos con etiquetas y precios mal puestos.

El corazón jamás deberías estar de rebajas... pero lo  está.

Y "no pasa nada"... pero sí pasa.

Prefiero que llueva en el retal de mi bolsillo a tener  que jurarle al sol cada mañana.

D.




domingo, 10 de junio de 2012

De narices!!!!!

Se me vienen a la cabeza un montón de recuerdos al cerrar los ojos
ahogándome en esta incertidumbre. Las personas a veces no recuerdan a sus
oirígenes. 

Pensamos que la palabra  es duena y señor de todo, pero más que la
palabra a mi me preocupa el olfato... si señores, el olfato.
El olfato revisa cada una de nuestras partículas, nos guía de forma
instintiva hacia la cúpula de nuestra respiración. Imagino que ya
sabéis que no me refiero únicamente al olfato entendido como sentido. Estoy
hablando del "otro olfato" que es más gutural que nasal, del que es mas exacto
que aleatorio, más propio de nuestra bondad que de nuestra nariz. El olfato
que nos dirige hacia nuestro destino, ese sino nuestro lleno de gloria, que
que a veces se acumula en pena, en tedio, en astio... pero al fin y el cabo
esplendoroso en su forma de hacernos sentir la vida. Hablo del olfato
omnisciente, de ese todopoderoso que nos cuenta historia de esos días que
nos pasan por delante de las "narices"...

A veces los pies andan aunque no se lo pidamos, caminan así, sin más... y las
manos discuten entre ellas, torpes y patosas al pretender abrir una lata de
conservas o al marcar erróneamente aquel número de teléfono.
Hay días en los que parece que el pelo se nos ha levantado con el pie
izquierdo y no desea para nada hacer las paces con nosotros... y los ojos...
malditos sean. Nosotros que intentamos de vez en cuando ser felices
o
almenos estarlo
y ellos no paran de recordarte alguna pena, ese pensamiento
oscuro que se queda a tu ladito, y ellos sin más remedio se ponen a llorar
cual huerfano prematuro  espera a que alguien le vaya a buscar a la salida
del colegio

Pero el olfato no, el olfato siempre esta ahí. Es el que realmente vibra
ante la presencia de quien te acongoja y se retuerce de emoción ante la
misericordia del bienvenido. El es sincero, el es cierto,verdadero,
auténtico, el olfato es noble, es compañero, es amigo... nos advierte de lo
extraño enseguida... y nos hace la boca agua al pasar a las dos de la tade
cerca de la cocina y sentir de forma casi celuloide el guiso de ternera o el
cocido de lentejas... y nos protege, claro, de esos apestados mentirosos que
juegan a engañarnos, nos advierte casi meticulosamente  del que nos quiere
herir siempre enseñándonos a diferenciar del que nos quiere bien aunque
tambien nos duela...

Algún día tenía que escribir algo sobre mi buen amigo, el cual, nada me pide
nunca a cambio, a excepción de una gruesa bufanda en invierno y un suave
hervor de poleo menta en tardes lluviosas.

Un beso,

Dima.

lunes, 6 de febrero de 2012


Como cada minuto que se funde, como si mil tiempos depués aún cupiera la posibilidad de retroceder.

Pretendemos eludir el desastre de vivir sin luz, y no hay remedio que te salve de que el sol se apague y la luna brille bajo la manta.
Es como debatirse ante uno mismo y forcejear mano a mano, entre la expresión rutinaria y el canturreo anquilosado.
Me llamo Hércules, o Blancanieves, o "l'home del sac"... y lo único que consigo día a día, es destruir la vergüenza de saberme débil y asumirme. Éso es la luz.

Pero la luz se apaga.

Cierro los ojos.

Entonces lo veo.


La propia tormenta, ésa impulsiva que acontece diariamente, es la misma que nos hace fluir y sentir vivos. Es mi preludio al mañana, mi prólogo en el alba, la introducción de mi novela, o la cuchara en paro ante la hambruna y el subsidio... éso es la pobreza.

Desenmaraño el intento de síntesis de mi vergüenza, de un mundo apalabrado, falto de actos, falto de tactos. Y el llanto y la llantina de los niños misioneros, y los peleles de la izquierda y los baldragas del azul-moroso, y todo junto y revuelto y torcido y crispado y demagogo y mentiroso y... y... y...

Y la propia tormenta otra vez, en las calles de Homs, en las de Banyas, en las de Latakia. Bombas del diablo, sonidos, ecos, ruidos, gritos que aplastan el tímpano de un cordero refugiado, de un soldado veinteañero, de un nadie que se ha ido.

Y luego está la guerra, señores, la guerra.

D.