domingo, 18 de octubre de 2009

Sencillez

La interpretación de la belleza hoy en día es algo que me preocupa a nivel casi existencial.


No sé que ha pasado… no lo sé. No me siento demasiado capaz de procesar un argumento eficaz, ni puedo ni quiero, pero desde luego hemos perdido el norte.

Últimamente he visitado varios pacientes que acudían por un motivo de consulta principalmente estético.

Y aunque eso no parece nada raro, en realidad entras en un mar de inconfesables dudas respecto a qué es la estética.

Qué es la belleza.

Qué es ser guapo o estarlo más.

¿Podemos diagnosticar la falta de belleza desde un punto de vista médico?, ¿ es viable que existan unos parámetro o unos estandartes adecuados para delimitar qué es bello y qué no lo es? y más que viable.... ¿es eficaz?.

Fácilmente todos alzaremos la voz con un firme "NO" . Pero afirmar sin contemplaciones que la belleza, que la hermosura, que lo estético es algo personal y subjetivo es quedarse en la capa más superficial, aún nos hallaríamos en la estratosfera del asunto... en la la piel del conejo.


Yo os diré la mía: llego a una firme postura donde la belleza, no solo de las personas sino también de las cosas, de los lugares, de las situaciones… se basa es tres grandes pilares: la salud, la armonía y la naturalidad.


Una carcajada es dulce, es preciosa cuando se muestra sincera.

Un aplauso es de agradecer cuando procede de unas manos ansiosas por hacerse escuchar, es natural.

Las hojas de los libros, ordenadas, armónicas, sencillas.

O incluso los enfados malhumorados, los llantos, las lágrimas, cuando son honestos me dan la impresión como de fugaz acaricia y cadencia sublime.


Un hombre, simpático, amable, sincero, noble… es bello.

Un hombre falso, torcido, forzado, pretencioso… es feo.



Y de igual manera lo siento en mi campo. ¿Una sonrisa linda?: para mi la boca no son unos diente paralelos, blancos y rectos. La sonrisa, es un labio apoyado suavemente en los incisivos, donde a veces se le antojará mostrar tímidamente una encía sonrosada cuando la dulce carcajada se de paso, la belleza residirá en un equilibrado paralelismo, pero sin simetrías, sin espejismos. El color no será el de la tiza sino el del algodón, el color se llamará translucidez, se llamará ocaso de luz.


La belleza está en las manos de todos. Si acaso nuestra alma nos dejará educarla.

No creo que exista mayor verdad que esa.


3 comentarios:

  1. Aquesta vegada em forço a ser breu. Comparteixo el seu parer.

    Felicitats pel post. Salutacions.

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  2. Supongo que la belleza reside en la particular percepcion que tenemos cada uno de las cosas que nos rodean, es muy bonito.

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