La bala de aceite clavara el recurso patético de mi retrato. Hoy mirarme la cara desde dentro aparta el rímel y mece la presencia.
El tiempo es pequeño para que en cualquier momento él se vaya.
El olor a jazmín de mi día prepara orgulloso un café amargo y le pone tilde al sabor viejo, el de antaño, vamos, al de café dije.
Al anochecer me dirigiré a mi almohada para que su plumaje me diga de nuevo "descansa, nada de lo que ocurra esta noche es real."... luego cerrar los ojos para morir un rato.
Solo hay un tiempo pequeño para los auxilios.
D.
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