sábado, 18 de septiembre de 2010

Currículum.

Repartir el amor y la miseria del día a día se convirtió hace tiempo en el único pasatiempo que, aunque valdío en la bolsa de Washington, constara sujeto imperativo del corazón.

La nocturnidad de los ojos, las fechorías de la soberbia humana, los labios sin resquemores, el vaso de orujo en la garganta, y la peluca de rubia postiza que asoma la herida y la penitencia... la mortificación nunca fue de valientes. Eso, y escuchar a Rose Polenzani es por ahora, lo mejor que sé hacer.

Pero no me es suficiente... ir más allá y recordar el recorrido del plano de Frankfurt y el relieve sinuoso de la sínfisis... calcar relieve en anatomía no es sinónimo de filantropía.


Y de postre... Easter Hymn.

D.

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