Había un montón de caras distintas en el pasillo de arte. Las caras y los ojos son en realidad objetos que imploran realismo.
Esa estética, esa belleza que me regalara la entrada a diez euros en relalidad mostrame lo lejana que se halla el surgir de la más grande mentira del hombre.
Los sentimientos, las sensaciones, los pensamientos... todo ello es superficial, y nosotros no somos esa superfície. Lo que somos es algo más profundo que todo ello, algo que ni tan siquiera las palabras pueden describir. El ser verdadero se halla en el centro, la riqueza de la verdad, que sí es única y grandiosa, está en nuestra conciencia... pero la conciencia no está en la mente, pues la mente tampoco existe en realidad.
Interesante OSHO.
Pero a mi, pretener olvidarme de la mente me parece algo casi imposible... ¿cómo?. Parece ser que desprendiéndote de todos los pensamientos que sedimentan tu mente.
Los pensamientos, dice, son como las nubes y tú eres el cielo. Las nubes van y vienen, pero en realidad las nubes no son el cielo, de hecho las nubes no pertenecen al cielo, es más... las nubes se encuentran lejísimos del cielo.... y tú eres el cielo, y el cielo está por encima de todo, incluso de Dios.
Así que tú estás también por encima de Dios. Dios pertenece a la supraconciencia colectiva, social, cultural... mas tu debes llegar a tu centro, y ese centro es la supraconciencia cósmica... universal.
Es por ello que los religiosos convencionales, aquello que entendemos por creyente cristiano, musulmán, judío... esas gentes que acuden a sus iglesias y a sus mezquitas para venerar a su "Dios" se autodestruyen a si mismas. Son personas que buscan explicaciónes "lógicas" dentro de su propia fe para así justificar sus circunstancias sociales.
El hombre y la mujer nada tienen que ver con eso.
El hombre y la mujer despiertos, investigan, experimentan, conocen, prueban... no anteponen límites en nada, de deshacen del miedo.
Es por ello que deben desprenderse de sus pensamientos volátiles, pues los pensamientos van ligados al pasado estando entonces nosotros sujetos y sugestionados por ello.
El hombre libre, el hombre despierto estará siempre por encima del contexto social y cultural.
Para despertar solo hay que "ser", solo "ser"...
Pero para "ser" primero hay que reconocer la primera gran verdad... aún no sabes quién eres.
D.
Esa estética, esa belleza que me regalara la entrada a diez euros en relalidad mostrame lo lejana que se halla el surgir de la más grande mentira del hombre.
Los sentimientos, las sensaciones, los pensamientos... todo ello es superficial, y nosotros no somos esa superfície. Lo que somos es algo más profundo que todo ello, algo que ni tan siquiera las palabras pueden describir. El ser verdadero se halla en el centro, la riqueza de la verdad, que sí es única y grandiosa, está en nuestra conciencia... pero la conciencia no está en la mente, pues la mente tampoco existe en realidad.
Interesante OSHO.
Pero a mi, pretener olvidarme de la mente me parece algo casi imposible... ¿cómo?. Parece ser que desprendiéndote de todos los pensamientos que sedimentan tu mente.
Los pensamientos, dice, son como las nubes y tú eres el cielo. Las nubes van y vienen, pero en realidad las nubes no son el cielo, de hecho las nubes no pertenecen al cielo, es más... las nubes se encuentran lejísimos del cielo.... y tú eres el cielo, y el cielo está por encima de todo, incluso de Dios.
Así que tú estás también por encima de Dios. Dios pertenece a la supraconciencia colectiva, social, cultural... mas tu debes llegar a tu centro, y ese centro es la supraconciencia cósmica... universal.
Es por ello que los religiosos convencionales, aquello que entendemos por creyente cristiano, musulmán, judío... esas gentes que acuden a sus iglesias y a sus mezquitas para venerar a su "Dios" se autodestruyen a si mismas. Son personas que buscan explicaciónes "lógicas" dentro de su propia fe para así justificar sus circunstancias sociales.
El hombre y la mujer nada tienen que ver con eso.
El hombre y la mujer despiertos, investigan, experimentan, conocen, prueban... no anteponen límites en nada, de deshacen del miedo.
Es por ello que deben desprenderse de sus pensamientos volátiles, pues los pensamientos van ligados al pasado estando entonces nosotros sujetos y sugestionados por ello.
El hombre libre, el hombre despierto estará siempre por encima del contexto social y cultural.
Para despertar solo hay que "ser", solo "ser"...
Pero para "ser" primero hay que reconocer la primera gran verdad... aún no sabes quién eres.
D.