Mi cama hoy medio llena y ayer medio vacía, una colcha blanca ciñe en burdeos hilos bronceados, y mi piel reseca, atópica, también hoy dorada.
Todo suma la perfecta armonía de una noche desvelada: la luna sin prisa, el gallo resta, la estrella parpadea y la nube podando hoy otras montañas.
Siempre es media noche desde mi cielo, las palabras no descansan.
Anem a dormir demà.
D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario