Una persona más que barre corazones ajenos, desalentados en fracasos y copas de ginebra.
No soy normal... pero nadie lo es.
Nadie ilumina el pasillo de las desavenencias sin temor a lo que se esconde al otro lado de la puerta final.
Nadie es lo suficientemente normal como para no adquirir inexplicables manías a olores o a sabores.
Nadie es suficientemente normal como para que la lógica y el sentido común reorganice sus más retorcidos secretos y aguarde sensatez debajo de las entrañas.
Nadie es lo suficientemente normal como para querer sin joderse media vida, y llorar de alegría la otra media.
Pero yo soy en realidad normal...
Solo quiero escabullirme del erudito y comprarle la locura al galán... y dormir con él el resto de mi existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario