Veo que no todo lo que es parece ser lo que quiero.
Y no puedo con tanta pesadumbre en los bolsillos de mis zapatos... es un pañuelo blanco el que limpia la lágrima en Ciudad del Cabo, y una alfombra roja la que recoge los éxitos maltrechos del teatro y su perteneciente aplauso... evocador siempre.
La obra de ayer, conmovedora.
Una voz monosílaba recalcitrante en las cuatro paredes del Romea, y en la vertiente opuesta, una pantalla magnánima que señalaba el futuro miserable.
No son las historias como las del Rachel Corrie las que me hacen pensar... sinó esta desgracia tentadora que recorre la historia de la humanidad... es la pudiente arma del ego humano que pisotea la vertiente felicidad del que precede en tu vecindario, es... es mi incomprensión ante tanto trajín gris que ensombrece el olivo y su verde-sueño reflejado en el confín de las personas que están aquí sin haberlo elegido.
Es un signo interrogante eterno que sobrepasa los días y los prados, el interrogante que quizá, quién sabe, quede alguna vez embriagado solo por amor y por tu cabello lacio.
D.
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