Mentir es de valientes.
Es el comportamiento lúcido el que dejara entrever algo de complicidad. Un cerrar de ojos, un roce plausible de manos, una mirada indecorosa, una palabra indispuesta... o el carraspear atropellado de la garganta al intentar evocar el "no pasa nada pero sí pasa"... pero sí pasa...
Y entre tanto, regocijarnos en el tiempo de los besos y las caricias, tentar al anónimo futuro, y contemplar parte de la ignominia humana que cursa des del lápiz hasta el cerebro, evocando en el papel sinsentidos con etiquetas y precios mal puestos.
El corazón jamás deberías estar de rebajas... pero lo está.
Y "no pasa nada"... pero sí pasa.
Prefiero que llueva en el retal de mi bolsillo a tener que jurarle al sol cada mañana.
D.
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