No fue un delirio aquello de imaginarte, se quedó en esbozo. En esbozo de herbaje y primavera, cual cuestión remota quería pillarme en bragas y deshojarme el alma.
No fue un mordisco aquello de agarrarte, se quedó en dentellada edéntula. Una dentellada cándida que recobraba sonrisa cuando acaraciaba la dulce melodía del amanecer y de su pura alba.
Al final del camino el señor mayor me dijo "mira niña, la hormiga que guiña el ojo al elefante es un alacrán..." y de forma torpe y sin mediar latido, decidí engañarme y pensar que el alacrán también tenía miedo de su disfraz y su careta... y todos sabemos que hoy en día disimular también cuesta dinero.
Él dice que se trata solamente de "vivir adrede", pero yo solo me quedo con lo de adrede.
Luego... soñar.
D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario