Me ruborizo al pensar en todas las veces que te he molestado llamando a tu puerta. Ya perdí la cuenta... ya perdí la noción de la formas y de los cantares, y de los estrechos caminos que entrelazados entre sí, producen una pendiente abismal llamada "desengaño".
Imaginar a veces como el picoteo del pájaro carpintero esgrimió nuestros campos tan extensos de viñas y viñedos. Imaginar, al fin y al cabo, cómo perdura el inagotable tintineo de esta tarde lujuriosa, imaginar, solamente, imaginar.
Se me escapa el aire tan doloroso en cada brizna de tu nombre,
retumba en ecos miles entre las paredes de mi pulmón,
sorbo el hielo que se deshace entre cada atisbo de Sol,
se me escapa el miedo centrifugado en la vida de cada hombre.
E imaginar entonces la vida entre todos esos cuerpos amontonados?
Escribir prosa o poesía entre tanto vino y tanto Cristo?
Dónde estabas cuando los disparos y los gritos?
Que mi camino nunca será tuyo, porque tuya no es mi vida, tuyo no es mi honor.
D.